Se supone que esto lo debería poner al principio de mi blog, pero bueno, me olvidé. Les quería contar algo de mi corta existencia en este mundo –obviamente no me va a dar para contar todo, y obviamente mis queridos y escasos lectores se aburrirían y mandarían a quien sabe donde mi blog- , que según dicen todavía se llama planeta Tierra. Como ven, mi nombre es ficticio, porque no me gusta mi nombre real, así que no lo voy a decir.
Nací el 21 de Julio de 1997, según dicen tengo 13 años, y vivo en Montevideo, una pequeña, abrumadora, oscura y aburrida ciudad de Uruguay. Soy alta, y por lo que dicen, delgada. Tengo pelo castaño oscuro y ojos del mismo color.
En el colegio, no soy la mas inteligente, tampoco la mas tonta, se diría que la del medio.
Tengo a mis amigas, las mejores del mundo, por cierto, Romi, Sofi, Nao, Pris, Ana, y más gente, que hacen de mi estadía en el infierno de 54 mil paredes y escaleras –alias: colegio- lo mejor posible. Empecé segundo año de liceo, y con él, mi tortura, o como le quieran llamar, aunque una parte en mi interior –una muy pequeña y a la vez muy grande- quería empezar porque tenía a mis amigas adentro de ese infierno de 54 mil paredes y escaleras. Así que el 15 de marzo, tomé valor, confianza y fuerzas – para levantarme de la cama especialmente- a las 6:30 de la mañana –sin olvidar el detalle de que iba a seguir durmiendo, porque pensé que todavía era de noche- y emprendí mi viaje hacia el mismo infierno. Bla, bla, bla, el día fue aburrido en si –claro, estando en el colegio, no se puede esperar otra cosa-, con profesores hablando de cómo sería el año –pura mentira que ni ellos se creen, es solo una pantalla que con solo mirarla se rompe-, y cosas aburridas en general –excepto el timbre de entrada al recreo, glorioso sea el recreo que me salvaba de responder preguntas que era incapaz de responder con mi pequeño y limitado cerebro-.
Hasta ahora dirían que soy una normal y aburrida adolescente en este mundo, pero todavía no les he dicho nada de mi actitud, así que “no canten gloria antes de la victoria” o algo así diría una amiga mía.
Claro, el recreo, un gran tema que lidiar con los profesores y adscriptos, ya que con mis amigas, corremos por los pasillos, en la tarde entramos a los salones y rayamos los pizarrones, entre otras locuras nuestras.
Bueno, que mas? Ah, si, mi casa, mis papás se separaron cuando yo tenía 3 años, y me acostumbré a tener dos casas, y un padrastro, algo que a veces resulta molesto, otras no.
Si, mi mamá se separó y se casó otra vez, con Giancarlo –si, su nombre es raro y me suena a Montecarlo, así que le decimos Lalo-, al año de casados, tuvieron a mi hermano, Meco o gordo, o peque –se llama Domenico, como prefieran decirle- que ahora tiene cinco añitos y entró a primero de escuela, y es un amor –aunque a veces me rompa los ovarios, debo aceptarlo-.
Mi mamá es lo más controladora, pesada, histérica y perseguida en toda la biodiversidad de las madres en el mundo.
Mi papá es todo lo contrario, tranquilo, paciente, y buen tipo que hay en lo normal de la vida.
A veces suelo gritar, si, gritar. Simplemente porque si, no se, creo que es una cosa de la adolescencia – y mis vecinos quieren que sea así- no me excedo mucho, pero si, grito y soy histérica, y a veces insoportable.
Suelo sonreír y tratar de resolver las cosas con calma, algo que a veces me cuesta, con algunas cosas y personas.
Como todo adolescente, cuando estoy sola hago conciertos en mi casa (donde solo yo soy la cantante y audiencia).
Y voy a dejarlo por acá, porque no sé que más poner.
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CherryBomb♥
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